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Leer másCorría el año 1984 cuando Freddie Mercury travestido de mujer y pasando la aspiradora cantaba “I want to break free” (Quiero Liberarme). Una imagen rompedora en el videoclip y no exenta de polémica para esos tiempos. Los hay que decían que expresaba la liberación gay, pero el bajista John Deacon dijo que tenía como intención mostrar la perspectiva masculina del movimiento de liberación femenina.
La canción que no ha pasado de moda, como el resto de discografía del mítico grupo, muestra en forma de parodia ciertos estereotipos de la mujer resiliente, dedicada a trabajar en casa e invisible fuera del hogar.

A partir de la emancipación de la mujer y su incorporación al trabajo asalariado es cuando ganaba autonomía real al disponer de su propia renta. Sin embargo, la asunción de roles domésticos del hogar seguían asignándose tradicionalmente a la mujer, ejerciendo como ama de casa y profesional asalariada fuera de ella. Es decir una doble carga.
La sociedad nunca estará lo suficientemente agradecida por la labor que han desempeñado a lo largo de la historia las amas de casa, en un papel silente y minusvalorado.
Las familias han asumido como algo cotidiano que fuera la mujer, la madre, quien se dedicara por completo a las tareas domésticas y cuidados, como sostén del hogar.
Y una vez que la mujer se ha incorporado al mercado laboral también se ha dado por supuesto su magna capacidad para ganarse con eficiencia un salario y una vez en casa seguir trabajando.
Cuando durante tiempo se ha producido este fenómeno social, sin reconocimiento ni prácticamente ayudas según determinados países, llegamos al punto de una caída dramática de la natalidad. Pues las mujeres, aún con gran voluntad para poder con todo, se han visto abocadas a elegir entre el pleno desarrollo de su profesión o el formar una familia.
Durante la pandemia se ha visibilizado la enorme importancia de los cuidados, que otorga por fin una nueva dimensión económica y debe ganar protagonismo.
Por suerte, hoy, son muchos los hombres que se están desquitando de los absurdos estereotipos de género y asumen de forma corresponsable las tareas del hogar y cuidados junto a sus parejas.
Son estos los hombres valientes que quieren que la sociedad avance y dan espacio a la mujer para que crezca por sí misma. Son también amos de casa y cuidadores de miembros de la familia. Juntos, mujeres y hombres, podemos hacer posible la conciliación real.
Cristina Grao
Fuente original: En Positivo
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