Cristina Grao

Mbappé, las fake news y los vendedores de humo

Uno de los principios básicos del periodismo es contrastar la información de
una noticia para saber si se puede publicar. Sin embargo, los profesionales de
los medios se han dejado contaminar por la desinformación aun a riesgo de
perder credibilidad.


Errar es humano, pero no desinformar por costumbre. Desde hace al menos
un par de años el periodismo deportivo se alimenta de la rumorología para dar
por hecho el fichaje de Kylian Mbappé por el Real Madrid. Por contra la
realidad desmiente un verano más la posibilidad de traspaso desde el Paris
Saint-Germain.


La instantaneidad se ha vuelto la norma en los medios en detrimento de la
veracidad del contenido. Hoy vemos reconocidos periodistas dando por
buenas exclusivas que nunca se materializarán.

 

Bien es cierto que algunos otros profesionales se han desmarcado de tales
afirmaciones.

 
El mercado estival de fichajes en Europa se cerró el viernes 1 de septiembre a
las 23:59. Sin noticias de Mbappé en la capital de España. Mientras, el rigor
brilla por su ausencia.

 
Hasta el último día del mercado de futbol ha habido medios y periodistas
asegurando que el jugador llegaría al Real Madrid. Algunos se escudan en una
gran cantidad de fuentes anónimas para publicar sin verificar. Por menos,
periodistas de otros géneros han sido sentenciados, pero en el periodismo
deportivo parece pasarse por alto.

 
Ciertos periodistas han convertido el culebrón Mbappé en el cuento de “Pedro y
el lobo”. ¡Socorro, el lobo! ¡Qué viene el lobo! Tantas mentiras para luego si
dicen alguna verdad no creerles.

 
Confundir sistemáticamente el rumor con la noticia obliga al ciudadano a
recluirse en la indiferencia, intoxicación y escepticismo. No se
escandalicen si luego no les toman en serio.

Cristina Grao